El abandono guarda una historia. La calle lo sabe. Grita en silencio. Basta la mirada atenta para escuchar.

Dispuesta a encontrar belleza en lo cotidiano, descubro una primera señal en el gris del concreto: un aviso descolorido, pegado en una puerta cerrada, sujeto apenas por una cinta canela tan terca como flaca de fe. Las letras, desgastadas por el Sol y la espera eterna, anuncian horarios y exigencias burocráticas, sin muchas ganas, pero con autoridad. Es más un lamento que un cartel. Un rastro de alguien que necesita poner orden en medio del caos o dejar constancia de una ausencia. La cinta, casi rendida, parecía decir: «no sabrás quién, pero hizo lo que pudo».

Sigo a la caza de imágenes que cuenten historias; observo una loseta fracturada que forma una especie de mapa. Como si el suelo supiera de rutas secretas o viejas heridas que no terminan de cerrar. Alguien ha colocado un pequeño tapete encima. Intento de cubrir la cicatriz, metáfora de mi ciudad: tapamos lo roto con lo posible.

Victor Mora
El Demonio en Vocho
Litografía/papel de algodón
50 x 40 cm
2025

Colección Ciudades utópicas

Estas calles esconden sátira donde menos se espera. En el rincón de una jardinera, una bolsa de basura perfectamente sellada, primorosa y dispuesta junto a un letrero: «Favor de no tirar basura». El contraste es casi poético: el orden en la desobediencia, la cortesía en el error. El intento de no molestar, al infringir la norma. Como si alguien hubiera dicho: «sí, pero con todo respeto».

En una esquina, tenis y zapatos cuelgan de los cables. Nadie sabe por qué están ahí ni qué historias quedaron atrapadas. Son parte del paisaje urbano, eco de pasos que quizá no regresan. Constancia discreta y firme de que algo pasa ahí. Recordatorio, a contraluz, de que el suelo también guarda secretos y que hay silencios que no esperan respuestas, pero dejan inquietantes preguntas al aire.

Victor Mora
Las torres
Litografía/papel de algodón
50 x 40 cm
2025

Colección Ciudades utópicas

Más allá, invisible entre las sombras, una pequeña flor crece entre la rudeza agrietada de una banqueta. Nadie la ha puesto ahí. Nadie la espera. Y; sin embargo, ahí está: sola, frágil, testaruda y radiante. Recordando que la vida también brota en lo improbable, sin pedir permiso… y con toda intención.

El camino diario revela una coreografía invisible. Personas que ponen atención en lo pequeño, que se preocupan por dejar las cosas «como deben estar», aunque el mundo parezca ir en sentido contrario.

Victor Mora
Los Altos
Litografía/papel de algodón
40 x 40 cm
2025

Colección Ciudades utópicas

Victor Mora
En las alturas
Litografía/papel de algodón
40 x 40 cm
2024

Colección Ciudades utópicas

Las calles son textos: se escriben con huellas, con restos de cinta, con los dobleces de la inmundicia bien cerrada, con tenis voladores, florecitas tercas y todo aquello que escapa a la mirada vacía.

Celebro que lo revelador no siempre esté en las fachadas ni en los escaparates o en lo evidente. Se asoma en las grietas y los recovecos del asfalto, en las puertas y ventanas entreabiertas o en las hojas caídas. Se manifiesta junto a la suela del zapato, esperando a que alguien baje la mirada sin prisa y encuentre la historia, la ironía o la belleza que sobrevive al ritmo ciego que todo lo arrasa.

Victor Mora
Paseo por la Estrella
Litografía/papel de algodón
50 x 40 cm
2025

Colección Ciudades utópicas